Según la Sociedad Mexicana de Oftalmología, asistir con el oftalmólogo al menos una vez al año puede prevenir ocho de cada diez problemas visuales en los mexicanos.
El 80 por ciento de la población mexicana que sufre de disminución de la visión y ceguera pudieron haber detectado su padecimiento de haber acudido a tiempo a una consulta.
Desafortunadamente, es muy común que el paciente acuda con su médico cuando el daño ocular es muy avanzado y difícil de revertir.
Por eso, aquí te diremos lo que debes saber sobre este padecimiento, especialmente si eres diabético, o cuentas ascendencia relacionada con esta enfermedad.
1. Es una enfermedad crónica progresiva.
Se asocia a la diabetes y al aumento anormal de la glucosa en la sangre, lo que provoca daño a los vasos sanguíneos de la retina, tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo.
2. La Retinopatía Diabética es asintomática.
Esto significa que no presenta síntomas en sus primeras fases, pero con el tiempo destruye parte de los órganos del ojo ocasionando dificultades para ver claramente o incluso la pérdida total de la visión.
3. Actúa como un caramelo espeso de azúcar que tapa los vasos sanguíneos.
Esta enfermedad ocular hace que se obstruya el paso de la sangre, lo cual puede provocar que se revienten y derramen líquidos sobre la retina que es la encargada de recibir las imágenes que percibimos.
4. La Retinopatía Diabética es una complicación microvascular de la diabetes mellitus.
Afecta a una de cada tres personas que padecen esta enfermedad. Un estudio realizado en el 2011, determinó que el 21% de los mayores de 50 años en México padecían de diabetes y de ese porcentaje casi el 40% presentaba alguna de las fases de la retinopatía.
5. La causa principal de este padecimiento es la mala alimentación.
Las harinas refinadas y con altos índices de azúcares, la comida chatarra, llena de grasa son alimentos que nuestra población mexicana consume con frecuencia los cuales favorecen el desarrollo de la diabetes a temprana edad.
Acude con tu médico al menos una vez al año para la realización de un examen completo y visita a tu oftalmólogo de manera habitual para una revisión del fondo de ojo para descartar problemas que comprometan tu visión.